El pasado fin de semana tuvimos la suerte de conocer la ciudad de Segovia, a poco menos de 100 km de Madrid. La ciudad vieja y su acueducto fueron declarados Patrimonio de la Humanidad por la Unesco lo cual confirma que se trata de un sitio más que interesante para tener marcado en el mapa y visitar cuando se tenga oportunidad.


Se podría decir que cada rinconcito de Segovia guarda una porción de historia, y que el recorrerla propone a la vista una galería de imágenes que te hacen viajar al pasado.
¿Cosas para ver? Muchas. Pero hay tres que son las imperdibles. Se dice que al mirar un plano de la ciudad nos daremos cuenta que tiene forma de barco. Donde el Alcázar es la proa, la torre principal de la Catedral el mástil mayor y el Acueducto el timón.
EL ACUEDUCTO
Es un acueducto romano construido en el siglo II d.c. cuyo propósito era proveer de agua a la fortaleza emplazada en el lugar, hoy el Alcázar. Está construido con bloques de granito formando los característicos arcos que en su parte más alta llegan a alcanzar los 28 metros.

LA CATEDRAL DE SANTA MARÍA DE SEGOVIA
Construida entre los siglos XVI y XVIII por orden del emperador Carlos V, se la considera la última catedral gótica de España. Su torre mayor alcanza casi los 90 metros de altura y constituye una dominante sobre el paisaje de la ciudad.

EL ALCÁZAR DE SEGOVIA
Sus cimientos son bloques de granito similares a los que encontramos en el acueducto (hoy se pueden ver en el sótano del Alcázar), pero la existencia de esta fortaleza se encuentra documentada recién a partir del siglo XII cuando los territorios se encontraban bajo poder musulmán. Durante la edad media se convirtió en residencia favorita de los reyes castellanos y desde entonces ha sido además de palacio real, prisión, centro de artillería y academia militar.

Tanto la torre de la Catedral como la torre Juan II del Alcázar están abiertas para visitas. Nos habían advertido que la vista desde ambas es bastante similar y que eligiéramos subir a una. Nosotros elegimos subir a la del Alcázar, y 156 escalones después nos encontramos en una terraza con una hermosa vista vista panorámica.

Esta pequeña ciudad tiene infinidad de cosas por contar. Yo aquí les dejo una pequeñísima muestra de lo que tuve la oportunidad de ver y experimentar. Espero volver pronto y dejar que me sorprenda una vez más.
Para ver el resto de las fotografías haz click aquí: Segovia.
P.D.: cuidado con el último escalón del sótano del Alcázar, me pegué un buen golpe ahí, mis rodillas todavía me lo reclaman, pero ¡hey! al menos no fue en el escalón 150 de la torre ¿no?