Sonó la alarma del despertador, eran las 4 de la mañana, en la casa mis cuñados y Fer dormían. Intentando hacer el menor ruido posible, me preparé, agarré la mochila, me calcé los auriculares y salí.
Los tranvía todavía no circulaban por lo que calculé que en una hora a pié podía llegar al lugar que había elegido. Aunque internet situaba al amanecer a las 5:45 a.m. miré hacia arriba y el cielo estaba más claro de lo que esperaba, así que apuré el paso. La ciudad en calma, el aire fresco y dulce de una noche de verano y la música adecuada hicieron de mi caminata una genial manera de arrancar el día.
Cuando llegué a mi locación descubrí que se hallaba a 15 metros de la salida de un club nocturno, por lo que el escenario calmo que me había imaginado se disipó rápidamente. Aún así atravesé la vereda esquivando personas y llegué a un lugar más tranquilo al borde del río Moldava. Puse el trípode, seteé la cámara, encuadré a mi gusto y disparé:
- Puente de Carlos IV – Praga – República Checa – 2017
Espero les haya gustado la foto. Por mi parte, me hubiese gustado encontrar a la Catedral de San Vito iluminada, pero no fue el caso.
Y esto es todo por hoy, seguiré recorriendo la ciudad poco a poco y compartiendo fotografías con ustedes, pero por ahora los dejo como siempre con un saludo y un ¡hasta la próxima!
Bonita luz y reflejos. Y después un buen desayuno 🙂
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