Hoy quiero presentarles el lugar donde crecí, pero de una manera muy particular, los llevo de paseo a conocer la Comarca Andina del Paralelo 42º desde el aire…
El paralelo 42º Sur es el semicírculo imaginario, perpendicular al Ecuador, que fue tomado como referencia para fijar el límite entre las provincias argentinas de Río Negro al norte, y Chubut al sur. Sobre ese límite, y bien pegada a la Cordillera de los Andes se encuentra la Comarca Andina del Paralelo 42.
Ésta está conformada por un conjunto de poblaciones, ciudades y parajes rurales pertenecientes a ambas provincias, los cuales se encuentran inmersos en la pre-cordillera y cuyo centro neurálgico es la ciudad de El Bolsón.
Cuenta con una siempre creciente actividad turística, y es famosa por sus artesanías, frutas finas y cervezas artesanales, entre otros.
El aspecto a remarcar en el post de hoy son sus paisajes, montañas nevadas, valles profundos y sinuosos, bosques frondosos, ríos y lagos de aguas cristalinas, que en conjunto hacen de este lugar un verdadero paraíso terrenal.
Ahora bien, aquí debo hacer un paréntesis y comentarles algo: tengo miedo a volar, lo cual resulta un tanto cómico ya que vengo de una familia con padres y hermanos pilotos. Es la segunda vez que hago este paseo en avión, la primera vez me asusté bastante, volar en aviones pequeños no es lo mismo que hacer un vuelo comercial, pero esta vez fue distinta.
Mi hermano Enrique, piloto, nos invitó a hacer el paseo, yo al principio dije que no, luego dudé, ya que empecé a pensar que era una buena oportunidad para experimentar con otro tipo de fotografía, y de capturar tomas que de otra manera no tendría a mi alcance. Así que con un poco de miedito y cámara en mano me subí al avión.
Luego del despegue estaba tan concentrada tomando fotografías que el miedo se quedó conforme con ser nada más que un puñado de nervios. Yo estaba más que ocupada mirando el paisaje, buscando encuadres. Las ventanas del avión estaban un tanto gastadas por el tiempo y no era posible abrirlas, así que enfocar fue todo un desafío y en algunas fotos se notan algunas distorsiones generadas por ellas, así que tuve que descartar varias imágenes. Pero a pesar de eso logré armar un grupo de fotos que merecen la pena y son las que les traigo hoy.
Imágenes de la Comarca que me vio crecer, de los paisajes que me inspiraron el gusto por la fotografía, en un atardecer calmo a finales del invierno.
Y así, sin más palabrerío, los dejo con las fotos, espero que les guste el paseo, los dejo con un saludo y un ¡que disfruten el vuelo!













Fantástico reportaje, qué suerte tener hermanos pilotos, qué gozada poder sobrevolar los Andes en avioneta 😀
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