Hace ya un tiempo me venía rondando la idea del Autorretrato. Decidí no mirar los producidos por otros fotógrafos para que la idea no estuviera influenciada más que por las propias percepciones de mi misma. El lugar fue fácil de elegir, de hecho era un lugar que tenía dos buenas razones para ser elegido, por un lado la iluminación; recordaba haber despertado con la luz que entraba por una ventana de la casa de mis padres y que me había llamado mucho la atención. Por otro lado, el simbolismo; crecí mirando por esa ventana del segundo piso de la casa, a través de ella se puede ver un rosal de flores blancas que trepa por las paredes y techo, más allá el pequeño cañadón con un arroyo que corre cerca y que en invierno es un arrullo que te invita a descansar, el resto, un sinfín de matices verdes. Y qué mejor que retratarme así, ahora que he emprendido este viaje en donde miro el mundo a través del lente de la cámara, hacer una extrapolación con la niña que creció mirando a través de esa ventana, y a la que los años y las experiencias le enriquecieron la mirada. Expectadora y partícipe. Mirando hacia afuera y en el reflejo hacia adentro. Superar la incomodidad de pararme frente a la cámara y tomar una fotografía que diga (o al menos intente decir) esta soy yo.
Los dejo con mi primer autorretrato, un saludo y un ¡hasta la próxima!

LA FOTO PRIMERO Y LO QUE DECIS DESPUES ME HACE SENTIR ORGULLOSO DE CONOCERTE Y QUERERTE MUCHO…SEGUI SIEMPRE TU CAMINO.-
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Gracias por tus palabras Lito!!
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